Romancero canyengue

La poética, bajo la advocación de Erato, musa inspiradora de líricos momentos y desocupados románticos, no deja de ser un género glorificado, como poco transitado. La realidad reclama temas más próximos, más nuestros. Esta ligera disgresión se convalida cuando el lenguaje cotidiano se sublima y se recrea para describir poéticamente el mundo esencial del amor, de la pasión, de arte o de la patética derrota.
Es el caso de este "Romancero", que no es el del Cid, precisamente, pero es el alumbramiento de la visión canyengue de noctámbulos, mujeres fáciles para hombres difíciles, fueyes estirados y guapos que arrugan, todo traducido por la sensibilidad y la emoción de un rioplatense traído de la mano de Cátulo Castillo, consagrado por Astor Piazzolla y expuesto por Alejandro Dolina.

CONTENIDO

Un sueño a falta de prólogo por Alejandro Dolina
Introducción de Cátulo Castillo
Tango de la última grela
Sarrasanía
Ruggero
La loca
Bandoneón
La veterana
Una
Retrato de Milonguita
Amén
Cargamento
El viudo
Ite yira est
A la mitad izquierda del piano
Milonga y fuga
La bordadora
Retrato de El Hachero
Cocotte
Entierro de un compadre
Suite cabaretera
Rosa canyengue
Como está escrito
Solo y espera
Retrato del olvido
La pianista
Moderato tangábile
Las bordonas
Retrato de Alfredo Gobbi
Corralonera
Varieté
De cuando Dios tocaba el bandoneón
Menú de lunfarderías