El asesino de canciones

«El asesino de canciones no es una novela urbana más. Su contundencia y devastadora autenticidad la alejan de cierta tradición española de los noventa y la sitúan en la línea del sarcasmo literario más elevado, a medio camino entre Julian Barnes y Boris Vian. Pablo Manzano sabe bucear en el exceso sin ahogarse, y por eso logra al fin un texto impecablemente construido en el que nada chirría, sobra o desmerece: una novela inteligente, dura, extremadamente divertida y llena de lucidez» -Manuel Pérez Subirana-

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