Querida Lola

Jean Chalon, el autor de esta biografía de Lola Flores, escribió en "Le Nouvel Observateur": "En 1957, estudiando en España, mi segunda patria, tropecé con un cartel de la reina del flamenco, y su rostro me himnotizó. Un año después la vi en su teatro de Valencia. Ceñida en los volantes rojos de su vestido de vertiginoso escote, Lola cantó y bailó, y yo lloré de emoción. Lola Flores fue mi estatua de la Libertad. Entre los años 1940-1950, en los que el franquismo castigaba el adulterio con pena de prisión, ella vivía sin ataduras con hombres casados. Formidablemente moderna, Lola Flores abrió una brecha en la España del siglo XX". Sin duda, su arte y su pasión por la vida iluminaron la España más lóbrega del pasado siglo. Pero así como el baile o las canciones despiertan aplausos de admiración, las pasiones sólo se entregan a los espíritus verdaderamente luminosos. Tal es la razón por la que Chalon, novelista, periodista y biógrafo así mismo de mujeres tan relevantes como María Antonieta, Colette o George Sand, titula este libro "Querida Lola". Ciertamente, no se trata de una biografía convencional. No podría serlo. Él mismo la define como una hagiografía, sin ocultar su devoción tanto por la artista como por la mujer. No esquiva, pues, este libro las contradicciones del personaje, pero tampoco mancilla lo que pudiéramos llamar "el espíritu indómito de la Faraona", sin duda su valor más singular.