¡En er mundo! De cómo Nueva York le mangó a París la idea moderna de flamenco. Vol. 1: Flamenconautas. 1ª parte: Pioneros y conquistadoras

Nuestros trotamundos supieron en sus lances por el planeta contrastar que, en efecto, el ser terrestre flamenco ha alcanzado algún que otro logro plausible con su único estilo de rasgar el silencio y modelar el espacio. Habían puesto el flamenco en er mundo. Y sucedió así que los oriundos de su lar, los caseros compatriotas, aprendieron, de cuando en cuando, a disfrutarlo sin rubor y, de vez en vez, lo adoptaron y valoraron. Falta añadir, es lo más suculento, que cuando reaparecieron los expatriados, lo hacían acompañados de nuevos fieles practicantes y con un repertorio mejorado por el intercambio de ingenios con demás terrícolas, alimentando al fin nuestro sano crecimiento. La que viene es parte decisiva de esta rica rica historia, configurada en la Edad Contemporánea con aires de Andalucía, una historia tan flamenca, son son, para que tú la goces, son son, para contársela al viento. ¿Nos acompaña en la batida? Comencemos instruyendo al que no sabe ?o no acierta a explicarse. No sé? llámenme simple, táchenme de intrigante o, directamente, pónganme de traidor, pero va a ser que: ¡la abrumadora colectividad de soberanos artistas flamencos, primeros representantes trasatlánticos de nuestros aires, las figuras que sentaron plaza flamenca en NYC y, desde el Manzanón, siguiendo una aventura que en París comenzó, se pusieron el mundo por montera, hechas las excepciones excepcionales, andaluces no fueron! ¡Y muchos ni tan siquiera españoles!, pero de esos a los que, tan imbuidos de flamencura, no se les vio ni la matrícula ni el pasaporte en su labor profesional.

CONTENIDO:

- Quien no se arriesga no cruza la mar. Preámbulo luminiscente, para que vean

- Empieza el jaleíllo del fandango. Los originales Sketches of Andalusian Airs
- Danzas y andanzas. De la ciudad de la luz a la metrópoli de las bombillas. De cuando Amor de Dios estaba en Montmartre y de cómo emigró a Nueva York con las vanguardias De París ha llegado un barco cargado de... flamenconautas
Primeros aromas del sur de España en Manhattan
La adelantada flamenca en la Manzanita

- El lustro es mío: por carmenciterías
Carmencitis
En misa y flamenqueando
La Caro, la Carolina; pandereteira cañí
Consuelo la Granaína o la célebre Tortajada, entre capitalistas y sioux
(Inciso) Gitanas panamericanas
La guerrera Guerrero, porfiada, alegre y bien construida
Vamos a llevarnos bien... con el imperio
Cambio de escala
Bailando libre

- Edison envía espías a cazar la onda jonda. Cacharrito p?aquí, cacharrito p?allá y otros booms
El fonógrafo. Comienza la industria del entretenimiento
Gramófono versus fonógrafo
El disco es cosa de clásicos... y lo de Columbia un lío como de aquí a San Sebastián

- El nuevo siglo y el nuevo mundo. Flamenc/OK
El arte grande: la Argentina, Faíco y Antonio de Bilbao, Lola la Flamenca y Amalio Cuenca

- Su merced, antonia mercé; La Argentina, canela fina
Granados y Goyescas. The fiery Spanish winter, 1915-1916

- The Land of Joy. ¡Alegría flamenca para el cuerpo neoyorquino!
Asunto de uves y be: el Valverde, los Velasco, las Verdiales o Berdiales y el de Bilbao
Doloretes, dolorosa mía
Las trasatlánticas Amarguras
Telesforo, cante a distancia

- Las damas de los 20
Las Mariquillas Terremoto
...y doña Antonia
Sangre de Hispania fecunda
¿Argentina versus Argentinita; Antonia versus Encarna? Olvidos y remembranzas

- ¡Sonoro!
Los Cansino: de padre y muy señor mío. Piquerianas
Don Antonio Triana, un señor padre
María Montero: una furtiva lacrima por una triste y pertinaz pesadilla

- España mandando a por uves
La victoriosa doble uve: Vicente / Valentino
De Gardel al garbo de Triniá

- Cronología a vista de pájaro flamenco de altos vuelos (por los rascacielos) de una vieja amistad. El flamenco y Nueva York

Créditos