Don Juan, Fígaro, Carmen

Muchas obras literarias han localizado sus argumentos en Sevilla. De esas obras han surgido tres personajes que han perdurado en el tiempo y se han convertido en símbolos reconocidos en todo el mundo: Don Juan, un personaje que encarna la imagen de un hombre a cuyo poder de seducción se une su capacidad para burlar y transgredir normas y principios morales. Otra figura es la de Fígaro, un barbero popular que, gracias a su astucia, desenvoltura y atrevimiento, consigue que triunfen los difíciles amores de un aristócrata, que se ve obligado a recurrir a él. Finalmente, Carmen, la gitana y cigarrera de Triana, encarna en la Sevilla romántica el nuevo papel de la mujer libre y seductora que preferirá la muerte antes de someterse al poder masculino.
Tres personajes que deben su universalidad a la proyección que les dieron Mozart, Rossini y Bizet.

CONTENIDO:
Preliminar
- Un tríptico

Don Juan
- El aprendizaje de Don Juan: del escenario al mito
- La razón topográfica: no sólo color local
- Entre el engaño y la seducción
- El placer de la transgresión y el peso de la culpa
- La identificación admirativa
- De burlador a libertino
- "Viva la libertà": el festín compartido
- La prueba del amor: un ángel caído
- Lección de anatomía: el héroe en el diván

Fígaro
- ¿Un barbero de Sevilla? Tras las huellas de un nombre
- Una estancia en España: aristócratas, majos y guitarras
- De Catalinón a Fígaro: de Don Juan al Conde de Almaviva

Carmen
- Oberura
- Una imagen pregrina
- Carmen
- El Norte y el Sur
- Literatura versus música
- Las virtudes del escenario
- Ambivalencias del casticismo
- Coda